Las aulas a oscuras no son espacios sin vida, sino todo lo contrario, ya que enfocar varios recursos sensoriales en un único punto de luz ayuda a la concentración. El origen de las aulas multisensoriales o Snoezelen se encuentra en los años 70 en Holanda y surgen enfocadas para personas con problemas de desarrollo.

Actualmente, el uso de las aulas multisensoriales está más extendido, siendo utilizadas por una amplia variedad de usuarios, no limitándose el uso para la educación especial, aunque son especialmente indicados para ellos porque les permite mejorar sus aptitudes y ampliar sus conocimientos. Acción y experimentación. 

La base de la pedagogía sensorial es que la relación de los niños con el mundo se inicia a través de los sentidos y a partir de esta interacción se construyen nuevos conceptos, considerándose el pilar fundamental en la educación de los más pequeños. En este caso estamos considerando como sistemas sensoriales los visuales, auditivos, táctiles, propioceptivos y vestibulares. 

En el caso de las personas mayores el uso de las salas multisensoriales o Snoezelen, permite ayudar en las terapias para tratar los deterioros cognitivos.

El tipo de material didáctico que se puede utilizar es diferente en función del sentido que se quiera estimular: 

Vista: A través de la simple utilización de una bombilla de luz cálida o fría se pueden trabajar experiencias con los usuarios. Un material más complejo son la fibra óptica y sus iluminadores que permiten cambiar los colores y la intensidad lumínica en el aula. Los proyectores y los cubos sensoriales son otros recursos muy habituales.

Oído: Cualquier material de música es adecuada para la estimulación, materiales más completos como el proyector de luz océano con sonido permite trabajar a la vez la estimulación visual y auditiva o simplemente generar un ambiente relajado para facilitar el descanso en el aula.

Tacto: Las cestas de masaje, las pelotas sensoriales o cualquier otro material con distintas texturas les provoca diferentes reacciones y ayuda a la estimulación de este sentido.

Olfato: Difusores de aroma o el tradicional juego de frutas y aromas son algunas de nuestras propuestas de recursos educativos para estimular el sentido del olfato. Los botes de especias de cocina o las plantas y flores de los jardines son materiales que también están a nuestro alcance para ayudarles a reforzar la memoria olfativa.

Gusto: Un poco de azúcar, sal, limón, cualquier contraste de sabores es favorece una rápida identificación y un nuevo estímulo para su aprendizaje.

Si no se dispone de un espacio entera que se pueda dejar a oscuras para realizar las actividades multisensoriales existen diversos elementos como las cuevas oscuridad donde se pueden introducir elementos portátiles que no tienen que ser enchufados para su uso como las setas sensoriales (de 22 centímetros de altura), el bastón con pelota de pinchos que tienen luz en su interior o los cubos con luces sensoriales de 7,5 centímetros.